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sábado, 26 de octubre de 2013

En contacto. Cartas de Paul Bowles


 

Recopilación de Jeffrey Miller


SEIX BARRAL, Biblioteca Breve1994


Nº de páginas: 336 págs.

Encuadernación: Tapa blanda

Lengua: CASTELLANO

Traducción del inglés por PILAR GIRALT GORINA

ISBN: 9788432207129
México, 1995

 

En contacto es una extraordinaria colección epistolar que abarca siete décadas de la vida de Paul Bowles. Seleccionada de un conjunto de más de siete mil cartas existentes, nos ofrece un retrato fascinante de un autor que se ha caracterizado por su deseo de acotar estrictamente el espacio de su vida privada, y la variedad de cuyos intereses e inquietudes queda perfectamente reflejada en este «vasto y vigoroso cuadro de la vanguardia» [Publishers Weekly]. Esclarecedoras cartas ─fechadas entre 1929 y 1989─ dirigidas a personalidades tan variadas y relevantes como Gertrude Stein, Aaron Copland, Tennessee Williams, Jane Bowles, Allen Ginsberg, Jack Kerouac, William Burroughs o Alan Sillitoe, entre otros muchos, y relativas a toda clase de asuntos, desde numerosos viajes ─incluida España─ hasta las diferentes actividades (literatura, música, cinematografía) a las que el autor se ha dedicado, hacer de En contacto una apasionante autobiografía personal e intelectual de Bowles.

 

A JAMES LEO HERLIHY

30 abril 1966. Tánger

Me alegro de que sigas con el asunto del diario y al final estemos de acuerdo en que cualesquiera que sean las palabras que uno escribe en cualquier circunstancia, siempre están destinadas a otros y otras mentes. Tu mención de “testigos” es una buena forma de ilustrar el dilema existencial de la conciencia (la imposibilidad de ser la cosa en sí y por sí misma). En A puerta cerrada Sartre pone en boca de Inez al dirigirse a Estelle: “¿No te gustaría que yo fuera tu espejo?” Y después: “¿Y si el espejo empezase a mentir” ¡Una razón bastante buena de por qué el infierno deberían ser los demás si los necesitamos para acreditar la validez de nuestra propia experiencia! Todavía me parece que la vida formalizada de los primitivos debe ser emocionalmente satisfactoria, aunque sólo sea porque tantos actos de la vida cotidiana se realizan a modo de ritual y ante testigos. (Entonces me preocupa: ¿podría ser que ni nostalgia de la infancia perdida sea simplemente una resistencia a asumir las responsabilidades que exige ser civilizado? Entonces me contesto: No. Todavía somos primitivos. En realidad no queremos ser civilizados. Dentro de otros diez mil años tal vez.) Pero el diario: dices que era terapéutico. “En lugar de cometer un asesinato, confié mis sentimientos al papel.” Pero para mí escribir ficción es la misma clase de terapia. Cuando la vida es insoportable, aplico el principio del contrairritante: invento algo todavía peor, frente a lo cual la actualidad parece bastante benigna. Supongo que se trata de la necesidad de persuadir al lector la imposibilidad, o incluso de la inconveniencia de la felicidad. En cuanto he encontrado la pauta que me permite desahogarme, me siento mejor. Y acerca del odio hacia Norteamérica: naturalmente que lo disimulo, porque lo disimulo todo. Se da demasiada importancia al escritor y demasiado poca a su trabajo. ¿Qué importa lo que es y lo que siente si sólo es una máquina para la transmisión de ideas? En realidad no existe: es un cerco, un vacío. Un espía enviado a la vida por las fuerzas de la muerte. Su principal objetivo es trasladar la información al otro lado de la frontera, otra vez a la muerte. Entonces se le puede dar una personalidad mítica: “Pasó su vida entre nosotros, nos traicionó y cruzó la frontera con el material.” No creo que el escritor participe nunca en nada: sus pretensiones de hacerlo son miméticas. Lo único que sabe hacer es mantener la máquina en funcionamiento y aprender a manejarla con torpeza cada vez menor (esperémoslo). Un espía es tortuoso y, en la medida de lo posible, anónimo. Sus convicciones y emociones personales son “disimuladas” automáticamente. Todo esto suena a demasiado serio. Pero tú lo has provocado. Sería estupendo verte aquí en junio, si sigo aquí, y de momento todo lo relacionado con Bangkok está todavía en el aire. Sin embargo, ahora que sé que existe la posibilidad de tu venida, me mantendré en estrecho contacto contigo. Iré probablemente en un carguero, y son escasos. De modo que puede pasar mucho tiempo antes de que zarpe.



 

Un placer fugaz. Correspondencia



Truman CAPOTE
Lumen
Memorias y biografías
Colección Compactos
ISBN: 84-264-1555-5
Páginas 740
Primera Edición, 2006

Traducción de Jaume Bonfill


 


Las cartas compiladas en este volumen conforman una suerte de autobiografía del «enfant terrible» de las letras norteamericanas, Truman Capote, por la que desfilan, evocados por su lengua viperina, no sólo los escritores de su generación, sino también actores, actrices, pintores, fotógrafos, políticos... Todo el siglo XX, con sus luces y sus sombras, reverbera a través de esta verdadera novela epistolar.


 


La recopilación de la correspondencia inédita del autor de «A sangre fría», ofrece una oportunidad única de reconstruir el perfil vital de uno de los más relevantes escritores del siglo XX a través de una perspectiva más íntima, más directa. Desde sus oscuros comienzos en Nueva York hasta su ocaso, sumido en el alcoholismo, en sus cartas no sólo están presentes los grandes escritores de su tiempo, sino también su pensamiento, y proceso de creación de sus obras. Un personaje polémico y mordaz de lengua viperina.


 
“Mejor la muerte en Venecia que la vida en Hollywood”
A Leo Lerman et al.
Hollywood, California. 8 de diciembre de 1947

Querida parentela,
Queridos, estoy horrorizado: cuando vuelva, si no muero en el intento, os tomaré de las zarpitas a todos y cada uno de vosotros y os haré jurar que jamás de los jamases pondréis un pie en el condado de Los ángeles. ¡Que agujero! me alojo en un sitio muy pijo, las Sunset Towers, que es -o eso es lo que dice la gente bien de por aquí -un hotel de mantenidas. Amigos, ¡ver para creer! ¡Vaya mujeres se preocupan por aquí de mantener! [...]
Mejor la muerte en Venecia que la vida en Hollywood. Que, por cierto, acabo de recordar que K. A. [Katherine Anne] Porter deja la ciudad y se va a vivir a Venecia. [...]
Cené con los Chaplin -creo que fue el viernes- y fue como estar entre víboras, y también pasé una tarde muy grata con Walter Conrad Arensberg [poeta y coleccionista de arte], que sin duda es de lo más encantador. [...]
Mientras tanto, cabezas de gato, dejad una luz encendida en las ventanas, y no olvidéis lo mucho que os quiero a todos y cada uno. Un millón de besos y mille tenderesse [sic] de un lejano
T.
Además de la primita B, el jueves que viene voy a ver a la señorita Parsons y a la señorita Hepburn.


“Si Tennessee Williams apareciese por aquí le estrangularía”
A Donald Windham
Taormina , 20 de agosto de 1950

Mi querido Donny,
Gracias por A sicilian marriage. Como ya sabes, el señor Sladen es mi autor favorito. Por ahora tengo a los de la Gotham buscándome A japanese marriage. [...]
Seguramente alguien te habrá enviado el vergonzoso artículo de T. W [Tennessee Williams] que apareció en la revista del “Sunday New York Times” el 13 de agosto. En caso contrario, he de decirte que viene con una viñeta de Hirschfeld (el hombre ese que hace las cosas de teatro), una escena que se supone que tiene lugar en un café de París: sales tú (y no te pareces en nada a ti, querido) sentado a una mesa con el señor Williams, mientras que yo (caracterizado como un enano horrendo) estoy echado en los peludos brazos de Hemingway. También salen otros: Paul Bowles, Janet Flanner, etc. El artículo que la acompaña, que trata de lo sofisticado y viajado que es el caballero T. Willie, alcanza el cenit total de la vulgaridad. Ahí va un párrafo en que nos menciona: “Este año no he ido a Sicilia. Truman Capote ha desplegado su pañuelo Bronzini sobre el elegante enclave turístico de Taormina. Se supone que se aloja en la antigua casa de D. H. Lawrence”. [...] El tono general del artículo es infinitamente mezquino. Si aparece por aquí, lo estrangularé con mi pañuelo Bronzini. ¿Por qué demonios habrá sacado un artículo así? Lo ha escrito como un gacetillero de la más baja estofa. Ya no tengo ninguna duda de que ha perdido la noción de la decencia. [...]
Dale a Buch un abrazo y un beso. También a Sandy. Para ti, besos de Jack y besos de
T.


“La cosa llegó a temperaturas tórridas con Montgomery Clift”
A Andrew Lyndon
33 Via Margutta, Roma, 7 de enero de 1953

Queridísimo conejito,
Fue un alivio recibir tu carta; ya había empezado a alarmarme. No importa, espero que hayas disfrutado de las vacaciones; las nuestras han sido muy tranquilas.
Confío en que hayas visto a Nina [Capote, madre del escritor] por Navidad, cuando volvieron para desmontar el apartamento. Por Dios, no sé dónde voy a guardar mis cosas -y mucho menos dónde viviré yo- cuando volvamos a N. Y. [...]
En cuanto a la película, no pienso demasiado en ella. De hecho, el propio rodaje fue mucho más interesante. Trabé gran enemistad con M. [Montgomery] Clift. Durante seis semanas de verdad que nos odiamos, pero entonces (¡te lo digo a ti y a nadie más!) de pronto empezamos a flirtear levemente, hasta que se fue haciendo grande como una bola de nieve y la cosa llegó a temperaturas tórridas. Nada preocupantemente serio -no destrozaré el hogar- pero ha sido bastante divertido; en fin, es un tipo realmente tierno y me cae muy bien. Se va la semana que viene, a Hawai, para hacer From here to eternity... o como tú dices, “Caca de vaca”. [...]
Yo también te quiero, mi preciosidad.
T.

“He leído obras peores, pero ni las recuerdo”
A Cecil Beaton
Stonington, Connecticut, 21 de junio de 1956

Queridísimo C.,
Al fin, un respiro. He terminado los artículos para el “New Yorker” (te mandaré los dos números; en septiembre saldrá en formato libro con el título The muses are heard), y ya hace unos días que me dispongo a pasar el verano en este viejo pueblo de pescadores, que es encantador. [...] He leído la nueva obra de Carson McCullers, que Saint va a producir: las he leído peores, pero ni las recuerdo. Estoy leyendo el libro de Forster sobre su tía: delicioso [...]

Para cuando recibas esto, Marilyn M. [Monroe] ya se habrá casado con Arthur Miller. Los vi la otra noche, sumidos ambos en un fulgor sexual, pero no pude evitar la sensación de estar observando un episodio titulado La muerte de un dramaturgo. Ella está muy emocionada con la idea de ir a Londres. [...]
Te añoro, amado amigo
T.

“A Jane Bowles la han expulsado de Tánger”
A Cecil Beaton
[70 Willow Street. Brooklyn, N. Y.], 2 de mayo de 1958

Queridísimo,
He terminado la novela corta, Breakfast at Tiffany’s. Va a salir en el “Bazaar” de julio, aunque están un poco asustados con el lenguaje de algunos fragmentos, y no me extrañaría que me hicieran la jugarreta de cambiarla a mis espaldas. [...] A Jane Bowles, las autoridades la han expulsado de Tánger (a Paul también), y está de vuelta en Nueva York: sola, muy enferma, sin un centavo. Tennessee y yo vamos a montar algo para recaudar algo de dinero para ella. [...] Aún no he tenido ocasión de ver Gigi, aunque bien sé que el resto del mundo sí lo ha hecho: ponen tu trabajo por las nubes, aunque no hablan con tanto entusiasmo de la película en su conjunto. En un lavabo de hombres vi una inscripción muy divertida; alguien había puesto: “Mi amiguito mide un palmo; lo encontrarás aquí el lunes por la noche”. Debajo, un segundo había garabateado: “Vale, pero ¿cuánto le mide el rabo?”
Besos
T.


“H. Lee se dirigía a Alabama con un colapso de felicidad”
A Richard Avedon
Playa de Aro, 22 de septiembre de 1960

Dickaboo,
He notado tu silencio, tomo nota. Aunque no dudo que tiene la excusa adecuada: en el “Bazaar” de septiembre leí dónde habías ido a hacer todas esas fotos, que además quitan el hipo. Finalmente he recibido los royalties de Simon &Schuster, que debería haber cobrado en abril: ya pensaba o que estaban en bancarrota o que se habían vuelto unos granujas.

He trabajado a buen ritmo. No podría ser más difícil, ni ir más lento, pero lo que hasta ahora tengo hecho me parece bastante bueno. Sigo en contacto permanente, casi a diario, con Kansas; han ocurrido muchas cosas (demasiadas como para contar en una carta). Perry y Dick ([los asesinos reales protagonistas de A sangre fría] aún esperan el resultado del recurso, aunque Perry empezó una huelga de hambre que lo ha hecho pasar de 75 a 50 kilos, y no creo que llegue vivo a la horca. De todos modos, ya ha perdido la razón: cree que se puede comunicar directamente con Dios, y que Dios es un gran pájaro que revolotea encima de él y está a punto de acogerlo en sus alas. El viejo señor Hickock ha muerto, de cáncer. Vaya historia más espeluznante y terrible. ésta es la última vez que escribo “un reportaje”. [...]

¿Has leído el libro de Nelle [Harper Lee], To kill a mockingbird [Matar a un ruiseñor]? La última vez que supe de ella, se dirigía a Alabama con una especie de colapso nervioso de tanta felicidad [...]
T.


“No me puedo creer que Marilyn haya muerto”
A Newton Arvin
[Palamós, España], 8 de agosto de 1962

Queridísimo Sige,
Hacía días que quería mandarte una carta, pero no he podido escribir absolutamente nada. He sufrido un grave ataque de reumatismo en la muñeca derecha. Al menos el doctor dice que es reumatismo. En cualquier caso duele, o dolía: con unas pastillas repugnantes he conseguido, de momento eliminar el malestar.

No me puedo creer que Marilyn M. [Monroe] haya muerto. Era una chica de tan buena pasta, tan pura, en realidad, que estaba más cerca que nadie de lo angelical. Pobre criaturita. Dios la tenga en su seno.

¿Has leído el artículo de John Aldridge de “The Times Book Review”? ¿Te puedes creer que me ataque a mí, a Norman Mailer, etc. ? Me puso hecho una furia (no hace falta decirlo), pero también me pareció un puro montón de mierda. Meras afirmaciones genéricas sin aportación de pruebas: “Capote constituye un clásico ejemplo de precocidad aplicada a toda una carrera” ¿Qué significa eso? Por favor, dime qué opinión te mereció el artículo, si es que lo leíste.[...]
Muchos besos, mi dulce amigo
T.

“Precoz intelectualmente, inmaduro a nivel emocional”
A Perry Smith
70 Willow Street, Brooklyn, N. Y., 15 - XII-1963

Querido Perry,
Ayer por la noche me desperté de repente, pensando: Perry dice que no sabe nada sobre mí, nada a ciencia cierta. Me quedé levantado y dándole vueltas, y me di cuenta de que, en algún sentido, era verdad. No conoces ni siquiera los acontecimientos superficiales de mi vida, que guarda unas cuantas similaridades con la tuya. Fui hijo único, y muy bajito para mi edad: siempre fui el más bajo de la clase. Cuando tenía tres años, mi madre y mi padre se divorciaron. Mi padre (que se ha vuelto a casar en cinco ocasiones) era un viajante de comercio, y pasé gran parte de la infancia recorriendo el Sur a su lado. No era malo conmigo, pero nunca me gustó, ni entonces ni ahora. (Nunca lo veo, vive en Nueva Orleans). Mi madre, que sólo tenía dieciséis años cuando me dio a luz, era muy guapa. Se casó con un hombre moderadamente rico, un cubano, y después de cumplir yo diez años fui a vivir con ellos (casi siempre en Nueva York). Por desgracia, mi madre, que sufrió varios abortos y de ello resultaron problemas mentales, se volvió alcohólica y convirtió mi vida en una pesadilla. Acabó suicidándose (somníferos). Dejé la escuela a los dieciséis y desde entonces me he mantenido yo solo: entonces encontré trabajo en una revista (había empezado a escribir a muy temprana edad). Siempre fui una persona precoz, tanto intelectualmente como artísticamente, pero inmaduro a nivel emocional. Y, desde luego, he tenido problemas emocionales, casi siempre por la “pregunta” que tú también me hiciste la última visita y que te contesté sinceramente (y no es que la respuesta no fuera obvia).

éste es un currículo muy resumido, pero no estoy habituado a hacer este tipo de confidencias. En cualquier caso, no me importa contártelo.
Siempre.
TRUMAN

 


 

martes, 1 de enero de 2013

Agenda de la Luna 2003

 
Agenda de la Luna 2003
Como cada año Editorial Resistencia publica una nueva edición de la Agenda de la Luna (versión 2012), que en ésta ocasión está dedicada a la cultura Nórdica. En su mitología, Ragnarök siginifica la batalla del fin de...l mundo emprendida por los dioses liderados por Odín y los jotuns liderados por Loki.

De ésta agenda se deriva también el calendario póster de pared, con todos los ciclos y fases lunares. Ambos productos que venden por separado pero son el perfecto complemento.

 

Pelo de zanahoria, Jules Renard

 
 
 
 
 
 
 
 
"Pelo de zanahoria" de Jules Renard:
Datos del libro
145.0x19.0x210.0cm.
Nº de páginas: 224 págs.
Editorial: LUMEN
Lengua: ESPAÑOL
Encuadernación: Tapa blanda
ISBN: 9788426415493
Año edicón: 2006
Plaza de edición: BARCELONA

Pelo de Zanahoria puede considerarse con toda justicia uno de los clásicos de la narrativa universal. Su lenguaje minucioso y sus bellísimas imágenes retratan de forma indeleble la azarosa vida de un niño que sufre una terrible infancia, pero que sabrá sobreponerse a las adversidades y hallar su lugar en el mundo. La presente versión, prologada y traducida por Ana María Moix, recupera toda la frescura y la fuerza narrativa de esta deliciosa y turbadora novela.
 
 

«No sé bien si los adolescentes pueden o no leer Pelo de zanahoria . Pero es indudable que los adultos sí deben leer esta historia para comprender qué es un adolescente, qué necesita y qué le perjudica.» Así de contundente se muestra Ana María Moix en el prólogo a la nueva edición de este maravilloso clásico de las letras francesas. Y es que, adolescente o adulto, cualquier lector sale transformado de la lectura de esta novela, uno de los textos más lúcidos, hermosos y desgarradores que se han escrito sobre las relaciones familiares. Con un lenguaje sutil y lleno de memorables imágenes, Renard retrata la vida en el campo de un niño al que llaman, por el color de su cabello, Pelo de zanahoria. Inspirándose en su propia y dura experiencia, Renard nos habla de un chico problemático, obligado a convivir con una madre que no le quiere, un padre que le ignora y unos amigos que hacen de él constante objeto de burla. Pelo de zanahoria va a descubrir de qué materiales está hecho el mundo, pero también el mundo va a oír la voz decidida de este niño que, desde hace más de un siglo, nos ayuda a entender el universo de los más pequeños. La opinión del editor: Creemos que este clásico de todos los tiempos necesitaba una nueva lectura en nuestro país. De ahí que le propusiéramos a Ana María Moix que hiciera una nueva traducción y escribiera un prólogo presentando al inolvidable Pelo de zanahoria a las nuevas generaciones.