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sábado, 27 de agosto de 2011

“Olimpo de Directores de Cine”



Terciopelo azul, de David Lynch, es una de esas raras creaciones que todavía merecen el adjetivo de originales. Desde la secuencia de créditos, en la cual una simple cortina de terciopelo azul (precisamente) se ve como un ser palpitante, se anticipa que no se trata de una película común.








El voyeurismo, la escoptofilia, juegan desde luego un papel fundamental en el placer de ver cine, y varios son los cineastas que han sabido abordarlos como tema –Hitchcock es el ejemplo de rigor–. Lynch va más allá en el planteamiento de que la gratificación de observar tiene que pagar cierto precio. El tema central de la película: el acto de mirar como un acto de transgresión.





Terciopelo azul puede apreciarse, por otra parte, como un sueño terrible. Ya desde Eraserhead Lynch había conseguido reproducir con sorprendente exactitud el lenguaje, el ritmo y la atmósfera de una pesadilla febril; y en este caso, el realizador ha integrado el tono onírico a una narrativa (aunque se sospecha que ha Lynch no le interesa tanto contarnos una historia como sumergirnos en un ambiente).




En ese sentido, es un heredero natural de los surrealistas; la imagen de una oreja amputada cubierta de hormigas nos da una idea de qué clase de cine hubiera hecho Buñuel de haber sido gringo en lugar de aragonés.



Asimismo, Lynch ha declarado en diversas ocasiones que el cine no le interesa para ejercer un gusto de cinéfilo, como en el caso de Spielberg; para Lynch el cine es un medio que le permite ampliar, enriquecer, el interés plástico que había manifestado antes en la pintura, es un lienzo mágico con un sinfín de posibilidades. A eso se suma una visión inspiradamente torcida de la realidad, y el resultado es una obra que se resiste al encasillamiento.


En definitiva extraña, formalmente bella dentro de su afinidad por la decadencia y el mal gusto, humorística si a uno le divierten los chistes enfermizos y originales, como nada desde que Herzog empezó a filmar, Terciopelo azul promete una filmografía cargada de intrigantes rarezas.





Secuencia favorita que tiene las "señas partículares" de Lynch.


Otros títulos del Catálogo “Olimpo de Directores”:






David Lynch
“El Hombre Elefante”
The Elephant Man
1980.








David Lynch
“Por el lado oscuro del camino”
Lost Higway
1997.







Alfred Hitchcock
“39 Escalones”
The Steps
1935




Alfred Hitchcock
“Los Pájaros”
The Birds
1963






Vittorio de Sica
“Ladrón de Bicicletas”
Ladri Di Biciclette
1948.








Vittorio de Sica
“Umberto D”
1952.











Luchino Visconti
“Rocco y sus hermanos”
Rocco e i suoi fratelli
1960.



Luchino Visconti
“El inocente”
L’innocente
1976.










Ingmar Bergman
“Gritos y Susurros”
Viskningar och rop
1972.








Ingmar Bergman
 “Fanny & Alexander”
Fanny Och Alexander
1982.








Francois Truffaut
“Los 400 golpes”
Les quatre cents coups
1959.








Francois Truffaut
“La habitación verde”
La chambre verte
1978.







Stanley Kubrick
“Barry Lyndon”
Barry Lyndon
1975.









Stanley Kubrick
“El Resplandor”
The Shining
1980.






Roman Polanski
“El bebé de Rosemary”
Rosemary’s Baby
1968.










Roman Polanski
“La tragedia de Macbeth”
The Tragedy of Macbeth
1971.





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