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lunes, 7 de mayo de 2012

Shalimar el payaso, Salman Rushdie



Salman Rushdie
Shalimar el payaso
CONTEMPORÁNEA/DEBOLSILLO
ISBN: 978-970-780-321-3


Los Ángeles, 1991. El embajador Maximilian Ophuls es asesinado a plena luz del día en la puerta de la casa de India, su hija ilegítima, víctima del cuchillo de su chofer musulmán, originario de Cachemira, que se hace llamar Shalimar el payaso. Maximilian Ophuls es un héroe de la resistencia de la Segunda Guerra Mundial, un hombre de gran talento intelectual y fuerte atractivo erótico, ex embajador estadounidense en la India y jefe antiterrorista de Estados Unidos. A primera vista, el crimen parece ser de naturaleza política, pero pronto se descubre que el móvil no es tan simple.

Ésta es la historia de Max, su asesino y su hija, y de un cuarto personaje, la mujer que les une. Es un relato épico que se mueve entre California, Cachemira, Francia e Inglaterra. Por el camino encontramos historias de princesas raptadas por demonios, leyendas de reyes que defienden sus tierras del mal, en Shalimar el payaso hay bondad capaz de hacer milagros, pero también hay guerra sucia, inevitable e interminable. Y, como siempre, está el amor, conquistado y perdido, con su rara belleza y su mortal peligro.

"Ahora nos inventamos a nosotros mismos, ya no tenemos que ser más aquellos que alguna vez fuimos... Es imposible cruzar las montañas. Ahora cruzamos las montañas. Somos imposibles. Somos invisibles e imposibles y vamos cruzar las montañas para ser libres... Cuando el mundo está confundido, Dios no envía una religión de amor sino una religión marcial y nos pide que cantemos himnos de batalla y que aplastemos al infiel. El Mullah de Acero nos dice que en las raíces de toda religión está este deseo, el deseo de aplastar al infiel. Cuando el infiel haya sido aplastado habrá entonces tiempo para el amor, aunque en la opinión del Mullah de Acero todo eso es secundario. La religión demanda austeridad y auto-sacrificio, dice Bulbul Kakh. No hay tiempo que perder con las blanduras del placer o las debilidades del amor. Dios debe ser amado pero con un amor masculino, un amor por la acción y no con un femenina aflicción del corazón. El Mullah de Acero predica a muchos cientos de hombres en cientos de lugares del planeta. Y todos ellos se están preparando para la guerra... El infiel cree en la inmutabilidad del alma, dijo Bulbul Fakh. Pero nosotros creemos en que todo puede ser transformado cuando se lo pone al servicio de la verdad. El infiel asegura que la personalidad de un hombre decidirá su destino; nosotros decimos que el destino de un hombre forjará su nueva personalidad... El infiel habla de una verdad universal. Nosotros sabemos que el universo es una ilusión y que la verdad aguarda más allá de esa ilusión, donde los ojos del infiel no llegan a ver... El Tiempo mismo era un sirviente de la verdad, les había explicado el Mullah de Acero. Años enteros podían transcurrir en un instante, o un minuto podía prolongarse indefinidamente. La distancia, también, no era nada ante el ojo de la verdad. Un viaje de miles de kilómetros podía cubrirse en un solo día. Y si el tiempo y la distancia podían moverse y alterarse, si estas cosas eran los maleables discípulos de la verdad, entonces, ¡cuán fácil de manipular era el ser humano! Si las llamadas leyes del universo eran ilusiones, si estas ficciones no eran más que el tejido del velo tras el que se escondía la verdad, entonces la naturaleza humana era también una ilusión, y los deseos humanos y la inteligencia humana, y el carácter humano y la voluntad humana, todo eso se inclinaría ante los imperativos de la verdad una vez que el velo fuera descorrido. Ningún hombre podría enfrentarse a esta verdad desnuda, desafiarla, y sobrevivir".

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